miércoles, 29 de marzo de 2017

PRENSA Y PODER POLÍTICO EN ESPAÑA

Fuente: http://www.gatoflauta.com/2016/05/03/por-que-es-necesario-el-dia-de-la-libertad-de-prensa/ Data: 29/03/2017

La obra de Daniel C. Hallin y Paolo Mancini Sistemas mediáticos comparados (Barcelona: 2008), es un intento por establecer una taxonomia sobre las relaciones entre prensa y poder político. En su estudio se establecen tres espacios mediáticos para Europa:
1. El modelo anglosajón caracterizado por una prensa que surge a la par que la modernidad y la democracia y, por tanto, se imbuye fácilmente de su espíritu liberal. De ahí que los anglosajones puedan disfrutar de una prensa independiente del poder político y que respeta la opinión y pluralidad de los periodistas que trabajan en los diferentes grupos empresariales.
2. El modelo corporativo de Europa del Norte y Centro caracterizado por surgir bajo el amparo de los sindicatos y otros grupos de carácter corporativo, también se identifica por ser una prensa que respeta la independencia profesional de los periodistas que trabajan en los diferentes medios de estos países.
3. El modelo Mediterráneo o pluralista polarizado. Este modelo surgió tardíamente, el número de lectores es más reducido que en los otros modelos y, además, ha pasado de una tutela estatal en sus inicios (bajo largas dictaduras) a la más salvaje desregulación de las últimas décadas.
El interés de esta taxonomía se produce porque, como toda buena categorización, nos permite aprehender la realidad de la prensa europea en pocas líneas, aunque no deja de mostrar ciertos estereotipos propios de cualquier síntesis global que deja por el camino muchos detalles y, como dicen los ingleses, the evil is in the details.
En lo que respecta a la prensa española, me parece relevante destacar, como lo hacen los autores antes mencionados, la pluralidad de medios de los que disfrutamos (La Razón, El mundo, El País, El Español, Ok Diario, El Confidencial, Público, El Diario, El Salto..., abarcando todo el espectro ideológico), pero, al mismo tiempo, también tenemos que destacar cómo estos se encuentran estrechamente vinculados a los diferentes partidos políticos, mostrando una escasa pluralidad interna, es decir, la ausencia de voces discordantes con la línea editorial del periódico. Esta situación propicia que los partidos políticos, a través de los medios de comunicación, intenten monopolizar la agenda pública y, por tanto, sean determinantes a la hora de establecer los constantes climas de crispación que sufren nuestros conciudadanos, sobre todo cuando se acercan las elecciones o estamos en un proceso de cambio político. Así no podemos entender el ascenso del PSOE en la década de los ochenta sin el mismo ascenso en lectores y prestigio de El País, los importantes vínculos que mantuvo El Mundo de Pedro J. Ramírez con el presidente José María Aznar o la aparición de nuevos medios de comunicación bajo el padrinazgo que ejerció José Luis Rodríguez Zapatero sobre el grupo Mediapro, capitaneado por el empresario Jaume Roures. A partir de estos hechos, nos deberíamos hacer la siguiente pregunta: ¿cuál es el hilo conductor de la relación entre medios de comunicación y poder político en la actualidad?

En primer lugar tenemos una derecha mediática plural y "competente" que sostiene los gobiernos de Rajoy y el PP, apoyado por el ABC, La Razón, El Mundo, Ok Diario ... Este ejército de medios de comunicación asegura el futuro hegemónico del PP dentro de la derecha española, ya que Ciudadanos no cuenta con ningún medio de comunicación relevante, al margen del cariz "liberal" que manifiesta en sus editoriales El Confidencial. En el centro izquierda situaríamos a El País, que es la viva expresión del desdibujamiento y pérdida de identidad del socialismo español. A la errónea estrategia política de la vieja guardia de Felipe González y compañía le ha seguido la errónea estrategia mediática y empresarial de Juan Luis Cerbián; ambos mantienen su línea de encaminar a estas dos instituciones hacia el "oasis neoliberal", aunque por el camino se dejen votos y lectores a borbotones, presionados por agentes externos como la UE o los fondos de capital de riesgo. En último lugar, en la izquierda, tenemos a Unidos Podemos apoyados por Público, El Diario y El Salto, entre otros. Unos medios de comunicación que, como el partido con el que sienten cierta afinidad, son jóvenes, nuevos, controlan las nuevas tecnologías de la información, pretenden recoger el descontento generado por el binomio PSOE-El País, pero todavía no acaban de consolidarse como una nueva alternativa que sustituya por completo al anterior binomio, lo que genera cierta frustración, porque lo viejo es decadente, pero lo nuevo no acaba de brotar en todo su esplendor. ¿Cuánto tiempo tardaremos en superar este impasse? ¿Nacerá algún día algún medio de comunicación realmente plural en nuestro país, que no esté sujeto a un partido político concreto?