miércoles, 2 de noviembre de 2011

LA CRISIS DE GRECIA: ¿ES LA DEMOCRACIA UN VALOR EN SÍ MISMO O UN PRIVILEGIO DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO?


En los últimos días parecía que los acuerdos entre Merkel y Sarkozy iban a dar una solución definitiva a la inestabilidad que, con mayor intensidad desde agosto, venía sacudiendo la zona euro y presagiaba para el resto del mundo la temible recesión en W, es decir, la vuelta a la situación de 2007 pero con toda la pérdida económica y social que había ocasionado la crisis de las hipotecas basura y la caída de Lehman Brothers.

Para que el sistema financiero no se derrumbase, dada la pésima gestión de los agentes privados del mercado, el Estado tuvo que asumir el coste. Esto hizo que aquellos países que ya arrastraban problemas volviesen a mostrar toda la debilidad del sistema, ya fuese por su excesiva deuda pública anterior (Grecia o Italia) o por una burbuja inmobiliaria demasiado hinchada y, por tanto, con un problema de excesiva deuda privada (Islandia, Irlanda y España).

La diferencia, para nosotros, es que el problema no venía del otro lado del Atlántico, sino de aquella Europa que en 2007 anunciaba a los cuatro vientos que iba a refundar el capitalismo. La gravedad de la deuda, pública o privada, se agravó ante unas instituciones económicas a medio hacer: el Banco Central Europeo sólo tiene como objetivo la contención de la inflación y no el estímulo del crecimiento como la Fed en Estados Unidos, además carece de los instrumentos de control y estímulo económico propios de un Estado, de ahí la lentitud de unas reformas que tienen que ser aprobadas por la compleja burocracia europea (han de ponerse de acuerdo 27 estados). Esta lentitud transformó un problema económico en otro político, hace un año que se tenía que haber llevado a cabo un impago ordenado de la deuda griega. Un país cuya deuda se ha disparado al 183% del PIB, su déficit supera el -15% anual y la tasa de crecimiento fruto de las políticas de ajuste es de un -5,2%, es un cadáver económico. A lo largo de la historia se han multiplicado este tipo de situaciones (Argentina, Turquía, Indonesia, México, Brasil etc.) y todas ellas han acabado del mismo modo, con una quita ordenada de la deuda. Es decir, al estar bajo una supuesta economía de libre mercado, si un país no puede devolver su deuda éste se tiene que poner de acuerdo con sus prestamistas. Si el primero quiere cobrar algo y el segundo quiere seguir recibiendo crédito, tienen que llegar a un acuerdo por el error de sus decisiones económicas, del primero por prestar a alguien insolvente y del segundo por endeudarse por encima de sus posibilidades. El acuerdo entre Merkel y Sarkozy de la semana anterior iba en la senda correcta, la de llevar a Grecia de una deuda pública del 183% al 116% de su PIB y, por tanto, permitir que sea capaz de crecer lo suficiente para poder devolver lo que queda de deuda. Pero llega con un año de retraso y las consecuencias son:

1. Poner al borde de la insolvencia a Italia y España, dos economías insalvables, ya que entre las dos suman 4 billones de dólares. Grecia con 232.000 millones parece una tragedia, así que, imagínense.

2. Llevar al mundo, de nuevo, al borde la recesión y trasladar la recuperación económica a finales de esta década, de momento.

3. Condenar al conjunto de las instituciones europeas al descrédito más absoluto, cuando el fut­uro pasa por Europa.

4. Llevar a un callejón sin salida a Papandreu, cuyo país no puede asumir una tercera ronda de recortes draconianos, y por tanto, sólo le ha quedado la salida de compartir la responsabilidad de los sacrificios, de ahí su convocatoria de referéndum.

Dicho referéndum sería la única expresión democrática posible en un mundo donde los mercados financieros han impuesto su férrea dictadura. ¿Alguien puede negar el derecho de los griegos a decidir su futuro? ¿No es acaso en Grecia, el espacio de la polis, de la ciudad-estado, donde surgió la democracia? ¿Alguien puede negar a un ciudadano el derecho a equivocarse con su voto? ¿Dónde estaría la libertad del individuo de la que tanto hablan los mercados y los neoliberales si negamos el derecho de los griegos a llevar a cabo su referéndum?

La democracia no puede ser moneda de cambio del crecimiento económico y el bienestar social. Hasta el momento se ha convertido en el mejor camino para alcanzar lo segundo, frente a sus alternativas; pero no demos la razón a Laureano López Rodó que llegó decir que la democracia en España era una cuestión del crecimiento de la renta per cápita. Estamos ante una cuestión de principios, por tanto, la defensa de la democracia, el derecho a decidir de los ciudadanos, debe de ser un tributo que nunca debemos estar dispuestos a pagar por un piso en propiedad, por el crédito de los mercados internacionales o por la recuperación de la prosperidad de los datos macroeconómicos… La soberanía de los ciudadanos, el sueño de una Europa unida o la libertad individual deben estar por encima de los mercados.

Pero también hago una advertencia: un no de los griegos a la salvación propuesta por el núcleo duro de Europa, arrastrará al resto de países del euro, como en un efecto dominó, al infierno de la quiebra: primero Italia, luego España, Bélgica, Irlanda, Francia… y la construcción europea que tanto costó saltará por los aires. No sabremos si echar la culpa a los griegos o a la miopía y lentitud de Merkel y Sarkozy, depende de preferencias políticas, pero esta es la gran paradoja de la democracia en un mundo globalizado: el referéndum de 11 millones de habitantes puede llevar al infierno a 500 millones de europeos.

8 comentarios:

  1. Europa siente cierta alergia ante la democracia, y lo cierto es que yo también. ¿Es responsable Grecia cuando pide ese referendum a estas alturas? Es cierto que hay un déficit democrático pero... ¿se puede mantener la democracia a escala nacional? ¿Se puede aceptar cuando pone en entredicho el bien común de toda Europa? La posición griega me recuerda un poco a la lucha por las "viejas libertades" de los aristócratas en la Revolución Francesa o por las ciudades estado -Atenas- frente a Macedonia. Estamos siendo superados por la historia y no nos hemos dado cuenta: la democracia siempre es un bien relativo a una comunidad histórica cambiante, y cuando esta se hace absoluta se puede hacer igual de despótica que una dictadura.
    Un país como EEUU tuvo la suerte de hacer su "geografía democrática" en el siglo XIX, a costa de una guerra civil y con un fuerte enfrentamiento desde los padres fundadores entre los que defendían un estado fuerte (Hamilton) frente a otro descentralizado (Jefferson). Europa no tuvo la misma suerte y ahora estamos sometidos a los egoísmos nacionales con nombres de "democracia" que cuestionan el futuro de todos. Si hace dos días criticábamos a Alemania por su cortedad de miras ante la crisis, podemos hacer lo mismo ahora frente a Grecia.

    Angelillo

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  2. Yo también estoy de acuerdo con lo que dices, pero la pregunta sigue vigente y, más, tras la suspensión del referéndum... En Grecia o Europa no hay libertades democráticas sino podemos decidir sobre nuestro futuro económico, aunque sea equivocándonos. ¿Por qué Grecia no puede votar sobre su futuro? Aunque sea equivocándose, desde el punto de vista económico yo sé que el referéndum es un desastre, pero dime si lo es desde el punto de vista de la ética democrática, en eso no estoy tan seguro.
    Un abrazo.

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  3. Estoy de acuerdo con Helí, el referendum seria un desastre a nivel economico, pero no en cuanto a ética democrática.
    Por otro lado, hablamos de la dictadura de los mercados. yo hablo de la dictadura de Merkel y Sarkozy. esotos dos personajes, acertada o equivocadamente, son los q esta decidiendo el futuro de Europa, por lo tanto el mio, sin q yo les haya avalado dce ninguna manera.
    No es el momento ahora, pero si salimos de esta y queremos de verdad una Europa global, quizas nos tendriamos q plantear la posibilidad de perder soberania nacional y cederla a unos gobernantes europeos votados por TODOS, y no solo por lo s habitantes de dos paises.

    Feli

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  4. Pues sí, nuestros estados nacionales empiezan a ser cosa del pasado y a oler a putrefacto. Y me reafirmo en que mientras no superemos esa democracia nacional, no existirá Europa. Efectivamente, lo que hay que reinventar es una democracia de escala europea, y no basado en un espíritu meramente confederado, en el que cuando hay un problema todos desean saltar del barco. Puestos a desbarrar, hasta se me ocurre que habría que hacer dos cámaras: un parlamento elegido a escala continental, y un senado en el que estén representados los territorios de la Unión (un poco la solución española a las demandas autonómicas).

    Pero la pregunta de siempre es: ¿seremos capaces de superar nuestra inercia histórica? ¿Tiene algún horizonte Europa cuando colean conflictos nacionalistas que amenazan con quebrar países como Bélgica? ¿Seremos capaces de construir un sentimiento de pertenencia a Europa?

    Tu amigo conservador el tío Tibb.

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  5. Hola Helí y compañía.

    Muy interesante todo. De todas maneras, no tengo yo tan claro que los griegos que quieren votar en el referendum se vayan a librar del 'infierno' porque no les dejemos votar. Si dicen que pasan de pagar nada, dejan el euro, etc, y suponiendo que no les dejamos a los turcos pasarlos a todos a cuchillo por listillos, los que nos vamos a joder somos todos los demás. El basurero de Tessaloniki que con los recortes se va a la calle y que no va a encontrar un trabajo nunca más en su vida, que no va a poder ir al médico aunque se parta una pierna, que les va a tener que enseñar a leer a sus hijos en casa, ése si revienta europa tendrá un trabajo, en el que cobrará en Dracmas algo parecido a su vecino, irá al médico porque total el médico también se paga en Dracmas y comerá lo que se cultive en el pueblo, porque no se lo han tenido que malvender a un banquero alemán. Si los griegos no pagan es nuestro problema, no el suyo, así que es normal que no quieran pagar.

    Lo de la democracia y todo eso no son más que palabras. Aquí lo único que pasa es que Botín y compañía dicen que los griegos les deben, y el griego de a pie dice que él no ha visto un duro y las reclamaciones al maestro armero. Y un referéndum era una idea magnífica. Si se hubiese hecho y ganado, les habríamos suplicado por el 10% de la deuda. Afortunadamente para nosotros y desgraciadamente para ellos, sabemos dónde viven las familias de toda la plana mayor de Grecia. Ahora, nos estamos retratando, y no salimos guapos.

    Aunque sea más viejo que mear contra la pared, y seguramente lo conoceréis, he aquí un video, para que se vea lo cabrones que son los griegos:

    http://www.youtube.com/watch?src_vid=dQGkP68AVTI&v=nqno8H-mjeY&feature=iv&annotation_id=annotation_883605

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  6. Es la democracia la que se tiene que adaptar la mercado o las reglas del mercado a la democracia...

    Marta

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  7. Muchas gracias por las aportaciones de todos. Sólo quiero dar dos respuestas por continuar el debate:
    1. Los que ven una salida económica fácil, a la Argentina, sólo decirle que ningún gobierno está dispuesto a pagar el coste de un "corralito". Es cierto que fue algo necesario y que... a la larga (junto con la exportación masiva de soja trasgénica) restauró el crédito en Argentina, pero supuso la inmovilización de todos los ahorros de los argentinos por parte del Estado y, el partido político que llevó a cabo esto (Unión Cívico Radical) desapareció del mapa político y era un partido con más de cien años de historia en Argentina. El problema es que ninguna sociedad acepta la evaporación de su pasado económico con facilidad.
    2. El problema es el tipo de democracia. ¿Es posible aplicar reglas de juego nacionales a un tablero internacional? ¿Puede un Estado intervenir sobre la legalidad de otro? Este es el verdadero problema de la globalización de los mercados que éstos ya no juegan en un espacio donde los Estado - nación pueda regularlos.

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  8. A mí lo que se me ocurre pensar, con esa salida argentina a la crisis es precisamente ¿tenemos alguna ventaja comparativa que podemos aportar al mercado internacional y que nos permita salir de este atolladero? A los portugueses se les rompió la burbuja inmobiliaria en el 2001 y llevan diez años buscando algo de lo que tirar del carro...

    Tu amigo fan de Rubalcaba.

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