domingo, 3 de junio de 2012

MAREA VERDE


Este artículo trata de por qué es necesario que todos llevemos una camiseta verde.

Como la Marea Verde, la indignación va en aumento. Las noticias que se suceden todos los meses comprometen, cada vez más, la calidad de nuestro sistema educativo y, por extensión, el futuro de nuestro país es, cada vez, más incierto. Porque a diferencia de lo que piensa mucha gente la educación no es un gasto, es la mejor inversión que una sociedad puede hacer. Los recortes en educación siempre son un doble recorte. En el presente porque ponen en riesgo el trabajo de 100.000 docentes en toda España que se sumarán a las listas de paro, dejarán de contribuir al sistema con impuestos y fondos a la seguridad social y se convertirán en un gasto del Estado a través de los seguros de desempleo y otras partidas sociales que se tendrán que gastar. Pero también son un recorte en el futuro, ya que se está comprometiendo la posibilidad de que muchos de nuestros jóvenes tengan la opción de alcanzar un puesto de trabajo acorde a sus capacidades y puedan desarrollarlo en beneficio suyo, de su familia y de todos sus mejores cualidades. Como en tiempos de los que sólo es mejor acordarse a través de los libros de Historia, la educación tiene el riesgo de convertirse en un bien escaso, sólo al alcance de aquellas familias que tengan una desahogada posición económica. Si hasta ahora la frustración se reducía a jóvenes cualificados que no encontraban un empleo adecuado a sus estudios, a ésta, que no desaparecerá, se añadirá la de jóvenes condenados de por vida a trabajos que no les satisfacen, familias destrozadas porque tienen que elegir qué hijo puede ir a la universidad, una austeridad permanente de las cuentas familiares porque al endeudamiento por la compra de vivienda se tendrá que sumar el que se tenga que realizar para que los hijos puedan estudiar…

Nada mejor que unos pocos datos para ilustrar el párrafo anterior, porque pese a lo que piensan algunos compañeros y, lo digo con todo el cariño del mundo, la estadística es verdadera poesía de nuestras sociedades ya que como dice el poema de Keats: la belleza es la verdad, la verdad es belleza, esto es todo… lo que necesitas saber.

Y la verdad sobre el gasto educativo en España es verdad y belleza para los maestros y profesores de este país y mentira y vergüenza para aquellos que esgrimen el recorte en educación como un mal menor. En las últimas décadas nuestros institutos y colegios han hecho de la necesidad virtud y nunca una gestión tan encomiable ha sido tan vilipendiada. Han conseguido situarnos en la tabla medio alta del Informe Pisa (puesto 29 de un total de 65 países) y comunidades como Castilla y León se han situado a la cabeza y esto lo han logrado con uno de los gastos en educación más bajos de la UE y la OCDE. España se gastaba en educación el 4,9% de su PIB, mientras que la UE se gasta de media el 5,5%. Si en este apartado quisiéramos gastarnos, según nuestra riqueza, lo mismo que la media de los países europeos tendríamos que aumentar nuestro gasto en educación en 5.500 millones de euros y no recortar en 3.000 millones. Además los países que se sitúan a la cabeza, como Finlandia, se gastan ya el 7% de su PIB en educación, es decir, tendríamos que incrementar nuestro gasto en cerca de 20.000 millones de euros. Países como Costa Rica, mucho más pobres que nosotros han aprobado una ley que establece el gasto mínimo en educación en el 6% del PIB, porque, como la mayoría de países del mundo, tiene claro que el futuro del trabajo pasa por la formación y la educación. El problema de España es que ya no podemos seguir viviendo de fabricar ladrillos y que tenemos que recolocar a 2,5 millones de trabajadores sin formación que no se podrán volver a emplear en sectores como la construcción. ¿Cómo vamos a poder hacer lo anterior si recortamos más de 3.000 millones de euros en educación y llevamos el gasto del 4,9% al 3,9%, un nivel que sólo es comparable con países subdesarrollados?

En las sociedades no existe una protesta más legítima que la que aquellos que luchan y buscan un futuro mejor que el presente para las generaciones futuras. Para mi es esto lo que significan todas las protestas de educación y la famosa “marea verde”, los miles de docentes, familias y jóvenes que se resisten a que la crisis les robe también el futuro.