domingo, 20 de enero de 2013

TODO ESTÁ RELACIONADO: CRISIS ECONÓMICA Y CORRUPCIÓN


Todo estaba relacionado, la crisis económica y la corrupción política. El modelo de crecimiento que generó el PP y que el PSOE de Zapatero no supo o quiso remodelar se basó en la ley de suelo de 1997. Esta liberalizó el sector de la construcción y convirtió la recalificación de suelo de los ayuntamientos en el principal negocio de nuestro país, alcanzando la construcción el 12% de nuestro PIB, cuando nunca debería haber superado el 5%. La población activa se disparó hasta los 18 millones y la tasa de paro alcanzó su punto más bajo en el 8,5%, justo antes de estallar la crisis de 2007. Se superó la crisis coyuntural de 1992–1994 que había elevado la tasa de paro hasta el 23,9%, se atrajo emigración para compensar nuestra envejecida pirámide poblacional y se generaron ingresos atípicos (venta de viviendas y recalificación de suelo) para producir pequeños brotes verdes en nuestro raquítico Estado del Bienestar.
El coste de todo esto lo estamos ahora descubriendo, el situar debajo de nuestra alfombra política y social ese modo de hacer país heredado del franquismo y que la pátina de modernidad de los ochenta no consiguió quitarnos de encima: el amiguismo. En España el principal negocio era y es tener un amigo con influencia política para situar en nuestras manos los recursos del Estado. Las privatizaciones de empresas públicas están en manos de amigos de… (Alierta presidente de Telefónica llegó  desde Altadis, antigua tabacalera, durante el mandato de Aznar y, claro está, ahora es también refugio de Rodrigo Rato; Endesa estuvo en manos de Pizarro y Martín Villa; etc.). Las privatizaciones de servicios públicos están cayendo en manos de amigos de… (Caso Güemes, etc.). Todo el modelo de corrupción entre constructores y ayuntamientos se ha desarrollado entre amigos de… Y, por último, la financiación ilegal del partido en el gobierno que alcanza las dimensiones de un drama épico rajoniano: un hombre que mandaba sin decidir y enterarse de lo que pasaba a su alrededor y, enfrente, una mujer llena de un veneno liberal que mata a quien muerde y, tal vez, a ella misma por su ansias de poder. No es una película, si no sería divertido; es la realidad política española, un sainete de nuevos ricos y España cañí.
¿Cómo va a salir de la crisis un país cuyo modelo de negocio es capturar los recursos del Estado para beneficiar a una minoría? ¿Cómo va a evolucionar una sociedad que tiene en las relaciones subjetivas del amiguismo y compadreo el modelo básico para situar a sus individuos en la sociedad? ¿Cómo es posible que este modelo finalice si los corruptos no pagan por sus delitos y los corruptores ni siquiera aparecen en las noticias?
¿Todavía alguien cree que el modelo creado en este país en la Transición, tanto en lo político como en lo económico,  puede sobrevivir un minuto más sin un cambio revolucionario que devuelva a los ciudadanos la confianza en el sistema del que forman parte?