domingo, 17 de noviembre de 2013

CONFERENCIAS POLÍTICAS SIN NUEVAS IDEAS


Del 8 al 10 de noviembre de 2013 el PSOE realizó su conferencia política y lo que se anunciaba como el resurgir del principal partido de la oposición se quedó en el conocido “parto de los montes”. Los medios de comunicación contribuyeron también a que la conferencia política se situara en el ámbito del espectáculo y no en el de las ideas. Lo que nos ha quedado de esta conferencia política una frase que pronunció Rubalcaba al finalizar el Congreso: El socialismo ha vuelto, y una idea: reducir los impuestos a las rentas más bajas. Y esta es la constatación práctica de que el socialismo ni ha vuelto ni los ciudadanos le esperan. La clave está en su “falta de credibilidad”. Los votantes están cansados de partidos políticos que se construyen bajo los focos del marketing y que están vacíos de contenidos; la historia reciente del PSOE bien podría haber sido la de sus eslóganes: Por el cambio, En positivo y ahora El socialismo ha vuelto. ¿Qué quieren decir estar frases? Todo y nada, porque dentro de ellas cabe cualquier proyecto político, para que los ciudadanos no puedan pedirles cuantas cuando gobiernen. Su medida concreta, rebajar impuestos a las clases más bajas, constituye, de nuevo, una medida que no ofende a nadie y no soluciona nada. ¿Quién va a estar en desacuerdo con una medida que, en teoría, mejoraría los ingresos de las clases bajas y, al tiempo, no perjudicaría a nadie? Estamos, de nuevo, ante el populismo de los últimos años de Zapatero, un discurso fácil que sitúa cheques bebés en todos los hogares y una devolución en las nóminas de 400€ que sería mejor no recordar.
En la semana siguiente, del 15 al 17 de noviembre, el PCE celebraba su XIX Congreso. También bajo los focos mediáticos, aunque estos fueron menos y los grandes medios, defensores del estatu quo bipartidista, se olvidaron, de nuevo, del derecho de los ciudadanos a la información. A parte de esto, se produjo la reelección de Centella y dos ideas fuerza: la llegada de la III República y la salida del euro. Dos ideas que viene sobrevolando el PCE desde su refundación en 1986, tras el referéndum de la OTAN y su conversión en el partido mayoritario dentro de una coalición de izquierdas que conocemos como IU. El problema de esta organización parece sempiterno: situarnos en un discurso más propio del siglo XIX que del siglo XXI. Es cierto que parece que la Historia de España está todavía enfrascada en problemas del siglo XIX y que estos no pueden ser obviados, pero junto a lo anterior  hay que definir y dar respuesta, desde la izquierda, a los problemas que definirán nuestro futuro como sociedad. Además la llegada de la III República será un mérito de los borbones y no de esta organización política.
El aumento de la abstención y que el peor gobierno de nuestra historia siga siendo la opción política más votada en las últimas encuestas, también es responsabilidad de unas organizaciones que deberían de dar respuesta a la pregunta fundamental de nuestro tiempo en España. ¿Cómo va a ser sostenible en nuestro  país el modelo neoliberal de privatización de servicios públicos con una devaluación salarial para recuperar competitividad? El modelo de Estados Unidos, que es el que defiende Rajoy, se lleva a cabo con unos ingresos medios per cápita de 40.200 euros al año frente a los 22.300 de España, un SMI en Estados Unidos en 971,22 euros, frente a los 748,30 de España (Datos del Banco Mundial para 2012). Además en Estados Unidos la tasa de paro se ha situado en el 7,2% y cuando alcanza el 10% estamos ante una emergencia nacional. Sin embargo, en España, la tasa de paro se sitúa en el 26,7% de la población activa y se asume como algo estructural y necesario para ganar en competitividad. Aun así en Estados Unidos se intentan reforzar los servicios públicos (reforma sanitaria de Obama), porque el gasto sanitario se sitúa en el 12% del PIB, mientras que en España es del 8%, y deja al margen a 50 millones de ciudadanos, al tiempo que siete de cada diez quiebras en el país de las oportunidades se debe a que la persona ha caído en una enfermedad grave como el cáncer o ha tenido un accidente.
Si no conseguimos hacer frente a un proyecto alternativo al PP, ¿se imaginan en una España sin servicios públicos? ¿Cómo será posible que la gente tenga asistencia sanitaria o servicios educativos, cuando cerca de un 1/3 de la población activa no tiene trabajo y de las 2/3 partes restantes, el 60% gana menos de 1000 euros al mes? ¿Qué posibilidades de consumo tendrá una familia que tenga que cargar a su escaso salario mensual, 250 euros de seguro médico y 150 de cheque familiar para que un hijo estudie? Estos son los problemas que se tendrían que estar discutiendo y que los periódicos tendrían que situar en portada y así, tal vez, nuestras opciones políticas ganasen un poco de credibilidad, el otro poco lo ganarían con una alternativa razonada y creíble que reforzase los servicios públicos y la capacidad de negociación laboral de los trabajadores y, por último, recuperarían el puesto que han tenido en el pasado cuando esto lo llevasen a cabo.

Los anteriores son los tres pasos que hay que dar y olvidarse, unos,  del marketing que deja vacíos de contenido a los partidos políticos y, otros, de un discurso que tuvo éxito, pero en el pasado. Las ideas fuerza tienen que ser respuestas concretas a los problemas concretos de los ciudadanos como han hecho la PAH y otros movimiento sociales que pese al bipartidismo y lo tendencioso de la mayoría de los medios de comunicación, sí han tendido éxito.