lunes, 28 de noviembre de 2011

LAS ELECCIONES DEL 20 DE NOVIEMBRE DE 2011


Éstas fueron las elecciones más anodinas de la historia de la democracia, parecía como si el partido que estaba gobernando quisiese dejar cuanto antes el poder y el que iba a entrar en el poder lo asumía con cierta apatía, como si no quedase más remedio llegados a este punto.

Como en la obra de Gabriel García Mázquez Crónica de una muerte anunciada el PSOE aceptaba con fría pasividad el guión político que le habían impuesto la crisis económica y su derrota en las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo de 2011. La consecuencia ha sido la pérdida de cuatro millones de votantes y los peores resultados del PSOE desde la Transición.

El mismo guión siguió el PP, que parece un reflejo de lo que debe ser un partido político, sin propuestas, con un liderazgo que sólo se sostiene por el puro aburrimiento de la permanencia. Esto ha continuado después de las elecciones, a una semana todavía no sabemos qué políticas van a implementar, Rajoy parece la personificación del sarcasmo de la transparencia política, no sabemos si porque Merkel todavía no ha tenido tiempo para dictárselas. No se está produciendo una transición de poderes como aquel que ha asaltado la Bastilla, sino que se hace como la orquesta del Titanic que, aunque éste se hunda, sigue tocando la música de fondo porque alguien tiene que hacerlo.

Este desánimo de la ciudadanía española frente a las dos opciones políticas mayoritarias se produce porque ambos bailan la misma música que tocan los mercados. Si en la primera fase de la crisis (2007 – 2010) el PSOE reconoció frívolamente a ésta como si se tratase de algo coyuntural y pasajero, el PP consideraba que se debían tomar medidas que apuntalasen el modelo de crecimiento que había establecido en las dos legislaturas anteriores, es decir, más ladrillo, desgravaciones fiscales y privatización de servicios. Lo que no esperaban ambos partidos es que la crisis vino para quedarse, es una crisis estructural de un sistema capitalista excesivamente desregulado. En 2012 alcanzaremos su quinto año, por lo tanto, las políticas de una expansión del gasto público sin reformas estructurales que aseguren nuevos ingresos es suicida, ya que los déficit abultados tendrán que soportarse durante, al menos, una década. Del mismo modo, el PP no puede esperar el retorno económico a 1996, las “joyas de la abuela” (Telefónica y Endesa) ya no pueden volver a venderse y la posibilidad de endeudarnos hasta los cuatro billones de euros para construir un millón de viviendas produce pánico sólo de pensarlo. Todas estas cosas sólo se pueden hacer una vez y… además hay que pagarlas.

En la segunda fase de la crisis, a partir de mayo de 2010, se ha instalado una solución única dictada por los mercados a cualquier gobierno europeo, basada en los recortes sociales que reduzcan un déficit que no le gusta al poder económico. El problema es que a éste tampoco le gusta el decrecimiento, se reducen sus posibilidades de obtener incrementos en sus beneficios, por lo tanto, nos encontramos en un callejón sin salida. La política europea se ha convertido en una especie de Bolero de Ravel: recesión económica que incrementa el déficit público ante la caída de los ingresos fiscales, a la que sucede una crisis política por la presión de los mercados tenedores de la deuda, a la que sucede un recorte social para calmar mercados, a la que sucede cierta movilización social, paro y caída del consumo interno en Europa, a la que sucede… una nueva recesión.

Por lo tanto, sólo ha sido interesante el incremento en número de votantes y diputados a las Cortes de los partidos minoritarios, especialmente de IU y UPyD, que entre ambos han subido 14 diputados y más de 1,5 millones de votos. Éstos se sitúan frente a un PP que ha subido 32 diputados pero tan sólo 0,5 millones de votos. Éstos han sido, junto con la abstención, el destino de los cuatro millones de votantes que han abandonado al PSOE, gracias a un discurso del 15-M que se ha instalado en la sociedad y que considera más aceptables opciones minoritarias, que no resuelven mucho pero, al fin y al cabo, tampoco lo hacen los partidos mayoritarios.

En resumen, cada vez nos parecemos más a Europa, donde los dos proyectos que generaron la estabilidad de Posguerra, el socialdemócrata y el democristiano, van perdiendo una hegemonía indiscutible en las últimas décadas. Ésta permitió la construcción del proyecto europeo y el avanzado Estado de Bienestar que nos protege. Dichos elementos estás en cuestión, como no podía ser de otro modo, cuando se derrumban los dos proyectos políticos que lo habían sustentado durante décadas. En esta historia política, en el futuro, también los historiadores profesionales asignarán desapasionadamente la mayor o menor responsabilidad colectiva. Aunque creo que no les será muy difícil, un capital que se siente seguro tras el hundimiento del comunismo (1991) y que ya no necesita pactar con el trabajo. Esto hace que la mayor pérdida de peso político recaiga sobre los partidos socialdemócratas, al fin y al cabo la derecha liberal tiene un proyecto político claro, volver a la desigualdad e inseguridad de Entreguerras. Pero los socialdemócratas han perdido el rumbos, se han vuelto conservadores al intentar moderar la opción de cambio liberal y ya no son una opción de consenso, porque ya no hay “Socialismo Real” que amedrente al capital para llevar a cabo una negociación.

Los vientos de la historia parece que soplan con la fuerza de Entreguerras, si la economía mundial no consigue salir del laberinto de la crisis en que se ha medito y socialdemócratas y democristianos no vuelven a sentar las bases de un proyecto político inclusivo para Europa, la siguiente legislatura será, como en los años 30, el momento del populismo y los radicalismos políticos.

4 comentarios:

  1. hay una frase con la que no estoy de acuerdo: "el proyecto político de la derecha liberal es volver a la desigualdad social de entreguerras". Le metes demasiada maquiavélica intencionalidad al asunto. Me da a mí que el proyecto político de esa derecha es no tener ningún proyecto... y huir hacia adelante. Poner velas al mercado para que todo vuelva al orden de antaño. ¡Te sientes como Keynes comentando la conferencia de Versalles: se ha caído un mundo y no nos hemos dado cuenta!

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  2. Del periodo de entreguerras....se salio con una guerra. Confio en que la humanodad haya aprendido la leccion y no volvamos a cometer los mismos errores, aunque a veces creo que eso es mucho suponer.

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  3. dan vertigo los años venideros, tenemos como presidente a una persona que lo único que ha hecho es "estar" sin más, sin ofrecer soluciones, sin aportar ideas, solamente estar, le ha costado 8 años pero al final ha estado en el momento justo en el lugar adecuado para ser el presidente de este pais, le ha bastado estar de brazos cruzados esperando que la situación actual y las actuaciones del partido rival le sirvieran en bandeja su objetivo, que no es más que el poder, porque de vocación pública no se puede hablar, lo de trabajar con y para el pueblo es algo que parece que no va con ellos. madre mia lo que nos tocará tragar, no quiero ni imaginarlo...

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  4. Estoy de acuerdo con Nuri y Feli, es un desastre que Rajoy haya llegado al poder así. Sobre la guerra creo que, por desgracia, la humanidad suele repetir sus errores y creo que vamos hacia una situación cercana a Entreguerras, aunque ya veremos como acaba en la intensidad de los desastres.
    Sobre anónimo creo que ya está bien de exculpar las políticas de la derechas, las haga quien las haga, como de huida hacia adelante. Eso ya no me vale, si se han equivocado tan reiteradamente y han hecho sufrir a tanta gente sea consciente o inconscientemente un mínimo de responsabilidad tendrán que tener, sino nos acabaremos convirtiendo en cómplices del desastre.

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