lunes, 19 de marzo de 2012

¿POR QUÉ ES NECESARIO EL ÉXITO DE LA HUELGA GENERAL DEL 29 DE MARZO?


Una Huelga General es algo muy costoso para la clase trabajadora. Es un último recurso y siempre se ha empleado con responsabilidad por los trabajadores. Los trabajadores se significan en sus centros de trabajo y pierden un día salarial bruto de su sueldo; por otro lado, las centrales sindicales echan un pulso al gobierno y hacen una demostración de fuerza ante la sociedad; a este respecto tienen mucho más que perder de lo que pueden ganar, ya que de no tener un éxito rotundo los sindicatos volverán a mostrar su vulnerabilidad ante la sociedad. Estos no cuentan con el apoyo de los medios de comunicación de masas y en una sociedad mediática y mediatizada como la nuestra esto resulta imprescindible, sus defectos se engrandecen y sus virtudes se menoscaban.

De este modo, en estos días se les está atacando de un modo diría que incluso burdo.

Por parte del PP diciendo que los sindicatos han convocado antes de los 100 días de gobierno la huelga (claro, como si ellos hubieran tardado cien días en realizar la mayor agresión a los trabajadores de un gobierno desde la Transición). Todo el mundo es consciente de que si los sindicatos, pese a sus disminuidas fuerzas, no reaccionan, su legitimidad sería puesta en entredicho. Porque realmente esta reforma laboral sitúa en el lado del capital toda la responsabilidad de la contratación y el despido, un hecho este que decapita de un plumazo varias décadas de concertación social.

Por otro lado, los medios de comunicación se muestran contrarios a reconocer el papel de los sindicatos en la sociedad; no hemos de olvidar que son grupos empresariales y ya se sabe el refrán, es muy difícil morder la mano que te alimenta.

Pero al margen de estos presupuestos los diferentes artículos de esta reforma laboral son, todos y cada uno de ellos, causa objetiva de una huelga general:

1. Se suprime la autorización administrativa en caso de un despido colectivo, lo que conocemos como un ERE (Art. 51). La crisis actual es consecuencia directa de la falta de regulación sobre el sistema financiero y esa misma práctica nefasta se extiende ahora a las relaciones laborales. ¿Cómo es posible que la administración no tenga nada que decir? Máxime si tenemos en cuenta que se trata, en su mayoría, de grandes empresas que han recibido subvenciones públicas por su establecimiento y el mantenimiento de plantillas; o de despidos que afectan al pago que la Administración tiene que realizar en seguros de desempleo, así como, en muchos casos, recortes de plantilla que acaban en jubilaciones y prejubilaciones que paga el Estado.

2. Aplicación del despido colectivo y objetivo en el Sector Público (Disposición Adicional 20). Como en el caso de Irlanda, Gran Bretaña y Grecia se abre la espita al despido de funcionarios en caso de que la Administración encuentre insuficiencia financiera durante tres trimestres seguidos. Esto abre el camino hacia el desmantelamiento de los servicios públicos, y de la estabilidad administrativa que había encontrado nuestro país durante la segunda mitad del siglo XX. ¿Cómo es posible hablar de insuficiencia financiera en un servicio público cuando es el gobierno el que determina los flujos financieros? Si hubiera un sector público que se movilice demasiado o la crisis hiciera que los recursos se redujeran hasta tal punto que el empleo público se conviertiera en un bien extraordinario, el político de turno sólo tiene que reducir ingresos (suprimir algún impuesto) y generar déficit público durante tres trimestres consecutivos para luego colocar a sus “amigos”. Esto, además, iniciaría un proceso de inestabilidad administrativa que retrotraería el Estado a una incertidumbre decimonónica.

3. Reducción drástica de los derechos de los trabajadores en caso de despido procedente. Como sabemos se pasaría de un contrato fijo con una indemnización de 45 días por año trabajado y un máximo de 42 mensualidades a otro de 33 días por año trabajado y 24 mensualidades. Este sistema de contratación hace casi inviable que un trabajador que haya dedicado 28 años de su vida al crecimiento de una empresa obtenga una seguridad vital “razonable” si se ve envuelto en una reducción de plantilla a la edad de 50 años, ya que es poco probable que vuelva a encontrar un trabajo. Esto supone que antes obtendría, para un salario medio de 1.500 euros al mes, 63.000 euros, que junto con los dos años de paro le permitiría sobrevivir hasta la jubilación e, incluso, tener un colchón financiero suficiente para aventurarse en la construcción de una PYME. Sin embargo, el nuevo decreto le está “robando” su futuro y, en términos contables, 27.000 euros, para quedarse en tan sólo 36.000 euros, una persona que ha dedicado toda su vida a una empresa y al enriquecimiento de otros. El abaratamiento del despido en un 40% supondrá facilitar el despido de los trabajadores que más años llevan en la empresas, que más difícil tienen su ubicación en el mercado de trabajo, a largo plazo supondrá para la empresa la pérdida de experiencia, productividad y capital humano y, al final, para el Estado un problema social de difícil solución.

4. Se vuelve a hacer más vulnerables a los trabajadores que inician su andadura en el mercado laboral. Si la anterior medida perjudica, sobre todo, a los trabajadores cercanos a la salida del mercado laboral, la medida que establece que una empresa de menos de 50 trabajadores puede hacer contratos de aprendizaje (Art. 14), es decir, con menos derechos laborales y salariales, durante un año, incide directamente sobre los derechos de los trabajadores que se han incorporado recientemente al mercado laboral. ¿Cómo una persona puede estar en una empresa a prueba durante un año, si no es para aprovecharse de su rendimiento a un menor coste? Además esto no asegura que lo contraten después de finalizar el año de prueba, sino que contratarán a otro joven aprendiz al que exprimir.

5. Se borra de un plumazo 90 años de concertación social en España. En los art. 82 a 91 se permiten el descuelgue de la empresa de los convenios colectivos sectoriales en materia salarial y cualquier otra causa que afecte a las condiciones de trabajo. Se está negando la capacidad de negociación que tienen los representantes de los trabajadores y sitúan ésta directamente entre patrono y obrero. No es difícil explicar que ésta no es una condición entre iguales, que sitúa al trabajador en una condición cercana a la servidumbre. Sólo baste recordar que el sindicalismo de los años 30, de Largo Caballero y la CNT centró su lucha en hacer de los sindicatos la parte negociadora de los trabajadores con los empresarios. Es en ésta época, cerca de 100 años atrás, donde nos sitúa esta reforma laboral.

6. Descausalización en la movilidad geográfica (art. 40). La empresa no necesita ninguna motivación para establecer la movilidad geográfica de sus empleados, esto cosifica al trabajador. En la época romana a los esclavos se les llamaba instrumentum vocalis, es decir, herramienta que habla. Aquí, por tanto, la reforma laboral sitúa al trabajador en condiciones cercanas a la esclavitud y no exagero, ya que el trabajador no tiene el derecho a exigir una “razón” justa a la hora de elegir entre el sustento de su familia y ésta. ¿Cómo es posible que se le puede negar una razón a alguien que va a tener que abandonar su familia, círculos sociales, vida, etc.?

Sólo estas seis causas serían suficientes para justificar una revolución social, de momento espero que los 17 millones de trabajadores que hay en este país, las tengan en cuenta para salir en defensa de sus derechos. Un trabajador orgulloso de su labor y función dentro de la sociedad no puede ver, sin hacer nada, como vejan de este modo la dignidad de su trabajo.

8 comentarios:

  1. Una de las cosas que a mi más me preocupa, es cuando hablando con algun trabajador te dice que no puede hacer huelga porque lo despedirian. Y te lo dice tan tranquilo!!!!!

    Entiendo que si tu puesto de trabajo esta en juego no hagas huelga, pero que ese hecho no te indigne, q veas como algo normal el pisoteo de uno de tus derechos fundamentales....eso no lo entiendo.

    Algo debe andar muy mal cuando los propios trabajadores no valoran los derechos que (por lo menos hasta ahora) tienen.

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  2. Muy esclarecedor el artículo! Auque no estoy del todo de acuerdo con el punto 2 y el 3, y el 29 estaré trabajando en Italia...

    Tu amigo liberal

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  3. Estoy de acuerdo contigo Feli. Respecto a ti Ángel me gustaría saber por qué no estás de acuerdo con los puntos 2 y 3. Personalmente creo que no existe ningún sistema perfecto, que todos generan ciertas externealidades. Pero la "Edad Dorada del Capitalismo", en palabras de Hobsbawm, es cuando más seguridad hay en el empleo. Sociedades muy liberales respecto a la seguridad laboras destruyen a personas y reducen la productividad. La seguridad en el empleo no impide a nadie ser innovador o intentar nuevos proyectos, no te sujeta a nada, sólo te protege de ciertas arbitrariedades... Pero bueno, me gustaría saber de tus argumentos.
    Hasta pronto amigo liberal - conservador, que esa si que es una ideología de siglos.

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  4. Me gusta el artículo. Y ahora...hablando de todo un poco...volviendo a cosas frívolas...la hora está bien...? ¿Qué coño hacéis todos chateando a esas horas indignas en las que no están puestas ni las calles?
    María

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  5. Creo necesario un éxito sindical, pero el miedo y la situación economica familiar de muchos trabajadores, hace que lo verdaderamente importante, será la manifestación que se convocará para la tarde.
    En cualquier caso yo ire a la huelga.
    Saludos.
    gaviotasypajarracos.blogspot.com.es

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  6. Muy bueno el artículo Helí, explicando punto a punto. Claro que hay suficientes razones para ir a la huelga, pero también estoy de acuerdo con lo que piensan muchos trabajadores, el miedo es libre y muchos de ellos se juegan su puesto de trabajo, dadas las circunstancias de hoy y del "prometedor" día del mañana para los empresarios, que no van a tener escrúpulos para despedir al que se mueva de la foto. Desde mi punto de vista, sería más efectivo manifestaciones, día sí y día también, paros de una hora en los trabajos de continuo hasta que cambiara la situación por ejemplo, es una idea, pero seguramente habría muchas más.
    El domingo pasado, en el País, Manuel Vicent escribió este artículo, a colación con lo que comentas de convertirnos en esclavos: http://elpais.com/elpais/2012/03/17/opinion/1332002446_571686.html

    Y por otra parte tú crees que todos los razonamientos que expones los conocen la mayoría de los trabajadores, me temo que no, ahí están las encuestas que se están realizando.

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  7. 1. Yo no sé hasta que punto hablar de un despido procedente en la administración abre la puerta a una nueva generación de funcionarios cesantes y que se puedan provocar crisis en la administración para echar gente. Lo que supongo que compartirás conmigo es que los puestos de administración tienden a inflarse en épocas de vacas gordas, suponiendo que esos años de bonanza se prolongarán indefinidamente y que siempre habrá financiación y recursos disponibles para seguir manteniendo tal volumen de ocupación.

    2. Lo otro ya lo hemos discutido otras veces. En principio nada que objetar... hasta que llegamos a la realidad concreta de las pymes. Multitud de empresas cuentan con elementos que se afianzan en su puesto durante años y actúan de forma poco profesional, poniendo en peligro a la empresa y sus propios compañeros. El pago del despido se hace tan oneroso que ponen en peligro inversiones vitales de dicha empresa. Naturalmente, lo que digo es solo una parte del problema (tú sigues teniendo toda la razón en lo que dices), pero no creo que sea irrelevante.

    De todos modos, y a pesar de tus continuas veleidades socialistas (que yo como liberal respeto profundamente), me encanta la claridad y la sana sensatez de tu artículo. Un saludo y ánimo, amigo progresista!

    Tu amigo conservador.

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  8. Totalmente de acuerdo con PicoyPan, aquel que no puede ir a la Huelga por presión de los empresario tiene todo el derecho de no ir, el miedo es libre, aunque debería estar, como dice Feli, indignado con su triste situación.
    Respecto a Concha, gracias por tu aliento que siempre es estimulante. Creo que la política de los sindicatos es llevar a cabo una presión después de la Huelga, pero eso también requiere un fuerte compromiso de la sociedad que, dadas las circunstancias, no sé si lo tendremos. Por ciertos, muy bueno, el artículo de Manuel Vicent, y tiene toda la razón, es más en otro artículo el desarrollar con Bolonia y otras reformas, una educación cada vez más instrumental y menos conceptual, no crees que ayuda a que las generaciones futuras piensen como "esclavos" y puedan sobrevivir (da miedo).
    Como siempre Ángel te responderés desde mi maltratada, por el tiempo, posición social y paternalista. No creo que durante las vacas gordas creciera la administración, la población aumentó en 8 millones de habitantes y el número de funcionarios no lo hizo en la misma proporción. Creo que, por desgracia, las vacas gordas engordaron durante al época de crecimiento a los mismos que ahora quieren seguir creciendo sobre unos cuerpos cada vez más famélicos, los nuestros, aquellos que, en términos marxistas, generamos la plusvalía que engorda sus beneficios, aunque, claro está, generar plusvalía ni es emprendedor, ni innovador y, claro está, no merece ningún reconocimiento, porque lo puede hacer cualquiera. (ironía)
    Respecto al punto 2 creo que siempre la carga de la prueba negativa se establece contra el trabajador. El empresario tiene justificadas unas ganancias extraordinarias por su capacidad de riesgo, y eso supone tomar decisiones, como contratar a la persona equivocada, que le pueden llevar a la ruina. Lo que no se puede hacer es montar una sociedad donde 17 millones de asalariados sean frustrados en su desarrollo personal porque no tienen capacidad "emprendedora" y, los segundos, que son unos 2 millones por presuponer un riesgo, que no siempre se da, tengamos el resto que asumir todos sus costes. Además el problema es que siempre van a existir empresarios y asalariados, no podemos ser todos "emprendedores" como nos quieren meter en la cabeza, esto no tiene sentido... y lo que tiene que darse es cierto equilibrio entre los derechos y deberes de unos y otros.
    Lo que está claro es que una sociedad dominada por la precariedad, la inseguridad personal y la incertidumbre la capacidad de innovar y arriesgar se a ver resentida, creo que es lo contrario de lo que defiende el tantas veces equivocado y nada descalificado "mantra neoliberal".

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