Lo que aquí se está planteando es un problema de
representatividad, el primero en nuestra joven democracia que cuenta sólo con casi
35 años de edad. Lejos queda aquel 23 de febrero cuando la población, radio en
mano, salía a la calle a arropar a los congresistas que eran secuestrados y,
con ellos, nuestra democracia, por un bigotudo coronel de la Guardia Civil.
Pero la crisis económica y su salida, que han generado la mayor desigualdad
social de la democracia, hacen que esa imagen sea ya puro objeto de la
Historia. La desafección de la población con la clase política sigue creciendo,
al ritmo del incremento de la tasa de desempleo y de los recortes sobre nuestro,
ya mal llamado, Estado del Bienestar. En España podía surgir una nueva
categoría social: el Estado del Malestar.
Esto se ha producido por la respuesta a la crisis económica
que ha generado nuestra clase política. Una respuesta neoliberal que ha obviado
los aspectos sociales, aumentando de este modo las desigualdades de tal modo
que están haciendo desaparecer a la clase media. Lo que algunos sociólogos han
definido como latinoamericanización de la sociedad, es decir, una sociedad
dividida por los extremos (la mayoría de población en un proceso de
pauperización constante y una minoría con los ingresos más altos del mundo).
Esta teoría se está confirmando a partir de los datos que han publicado
recientemente instituciones como Cáritas y la Cruz Roja. La primera
organización ha pasado de atender por sus servicios de acogida y asistencia a
370.000 personas en el año 2007 y ha superado el millón en 2011. La segunda, en
su Informe Anual sobre Vulnerabilidad Social, afirma que el 58,6% de los
hogares no llega a fin de mes y el 20,5% de la población (cerca de 10 millones
de personas) se sitúan por debajo del umbral de la pobreza.
Esta situación y la frustración ante un futuro que no somos
capaces de vislumbrar mejor que el presente, hacen que vivamos en este otoño un
problema de representatividad democrática, como han puesto de manifiesto y, por
sorpresa, la manifestación nacionalista de Cataluña y el movimiento de
ocupación del Congreso del 25 de septiembre. Si estos dos movimientos presentan
cierto déficit de legitimidad democrática, ya que la que Hobsbawm definiera
como la democracia de los pies no
tiene mayor representatividad que la conocida como mayoría silenciosa, es decir, los millones de ciudadanos que se
quedan en sus casas, sí ponen de manifiesto que nuestro sistema político está
perdiendo, a pasos agigantados, su credibilidad. La llegada al poder de nuevos
partidos políticos se produce por el desgaste, casi instantáneo, del Gobierno,
así como el aumento de la abstención o el voto en blanco y la contestación
social en la calle. Por tanto, los parlamentarios, si quieren que la democracia
española continúe bajo los parámetros de consenso y concordia que la sociedad
se dio con la Constitución de 1978, deberían, de un modo inmediato, dar una
respuesta a los graves problemas de una ciudadanía a la que se supone representan.
La ocupación del 25 de septiembre es una respuesta
nihilista, no se vislumbra ninguna opción clara de gestión por parte de los
ciudadanos que rodean el Congreso. Como en las revoluciones del siglo XIX y XX
no hay un proyecto político detrás de ellos, tal vez porque la política a
inicios del siglo XXI decidió sacrificar a los ciudadanos a los mercados. Pues
bien, ésta es la respuesta ciudadana a su sacrificio, el rechazo tajante y
absoluto a las élites políticas. Este divorcio, entre los representados y sus
representantes, augura un negro futuro para nuestro país. Si la gestión del
bien público está tan desacreditada, ¿quién se encargará de él?, ¿hacia dónde
se dirigirán los mejores esfuerzos de nuestra sociedad?
Las élites económicas deberían tomar nota de lo que está
pasando, aquellos que representan sus intereses (la clase política) ya no
pueden sostener mucho más un sistema que les beneficia por completo. Por lo
tanto, o se inicia un nuevo proyecto político que demuestre el esfuerzo
compartido para salir de la crisis económica o, no les quepa la menor duda, el
descontento social modificará vía populismo u otra alternativa peor el sistema
de convivencia y de regulación política, y esto afectará incluso a aquellos que
se consideran intocables (mercados, banqueros y grandes empresarios). Mal
empezamos con un presidente que se encuentra ausente siempre que hay un
problema en nuestro país. El pueblo en Neptuno y Rajoy en New York. No es una
comedia romántica, sino una tragedia castiza.
Muy bueno el final. Empieza a dar realmente miedo en qué acabará todo esto.
ResponderEliminarYo lo tengo muy claro. En cuanto pueda votar(si me dejan), voto en blanco pa la urna, porque no se quien es peor...
ResponderEliminarMe parece interesante tu comentario, pero sino defiendes ninguna opción política corres el riesgo que los que sí lo hacen sólo defiendan sus intereses y te quedes al margen. O que decidan por ti. La democracia no es un juego de poder sencillo...
ResponderEliminarLa respuesta que ha dado la clase politica y que esta generando el "estado del malestar" ES CONSECUENTE con su origen, el de la Clase Politica:
ResponderEliminarTodos los congresistas y senadores tienen una etiqueta de codigo de barras con UN PRECIO; pagados por EL GRAN CAPITAL GLOBALIZADO hacen y haran "leyes" QUE SOLAMENTE CONVENGAN al Capital, EN DETRIMENTO de las clases media y proletaria, si, digo proletaria que lo unico que tiene que perder en esta batalla son SUS CADENAS. Curiosamente la clase media "creada" como muro de contencion al preoletariado surge como segmento solvente en la cola que arrastra el dinosaurio capitalista, ideologicamente manipulada pero al fin y al cabo NO POSEEDORA DE LOS BIENES FUNDAMENTALES DE PRODUCCION, como su nombre lo dice "clase media", que suele ser barrida tambien en las crisis economicas. Por eso los senadores y congresistas "no se enteran de nada" tal y como dijo Monica Oltra Jarque*, tendriamos que rebautizarles como LOSBIENPAGA'OS.
HAY QUE REFUNDAR A ESPANYA, libre de franquismo y franquistas, libre de "OpusDei" o el poder detras del gobierno, libre de familias reales cazaelefantes, libre de fortunas en paraisos fiscales, que por cierto habria que CONFISCAR, libre de la BANCA ESPECULATIVA, diferenciar la deuda legitima de la ilegitima*, el capital financiero del mercantil y SOBRE TODO ENCARCELAR a politicos facistas y corruptos que encabezados por AZNAR facilitaron la exportacion de parte de la crisis de superproduccion inmobiliaria NORTEAMERICANA con destino a Espanya. Libre de politicos fabricantes de aeropuertos si aviones y trenes sin pasajeros para llenarse los bolsillos.
SABEMOS LO QUE TENEMOS QUE HACER, HAGAMOSLO!!
A proposito de la Independencia de Catalunya, que considero legitima aspiracion de la NACION CATALANA, cabe senyalar que el INJUSTO SISTEMA TRIBUTARIO QUE RIGE LA CONTRIBUCION DE LAS OBSOLETAS COMUNIDADES AUTONOMAS AL GOBIERNO "CENTRAL" fomenta la explotacion de los laboriosos por parte de los menos laboriosos de manera vertical y horizontal en la sociedad hiberica, que tiene que CAMBIAR su estructura de gobierno QUE HA DEMOSTRADO SU INEFICACIA, INSOSTENIBILIDAD Y generado una BUROCRACIA que seria capaz de hundir a todo un continente!
ResponderEliminarCon Ignacio García estoy de acuerdo en que la democracia española, originada en el pacto de la Transición, posiblemente tenga un problema de legitimidad en la actualidad (crisis económica) y de origen (fue un pacto de silencio entre élites).
ResponderEliminarSobre Cataluña, creo que el tema del referendum es una cortina de humo para legitimar la mala gestión de Mas, que no tenemos un exceso de funcionarios, según cualquier estadística internacional y que si es cierto que hay un problema de financiación autonómica, pero para todo el Estado. Hay un problema de transferencia de recursos educativos y sanitarios que atienden a una población creciente y sus recursos se recortan.
Fue bastante deprimente hablar de este tema en clase. Pocos se preocupaban de qué es lo que movía a los manifestantes a salir a la calle y se reducían a hablar a favor o en contra de la carga policial. Qué pocas miras.
ResponderEliminarPor cierto, no he podido evitar escribir algo sobre Hobsbawn en el blog... Hoy me he levantado con la fibra sensible...
ResponderEliminarYo estoy convencida de que la democracia española tiene un problema de legitimidad y de origen.
ResponderEliminarYo puedo estar de acuerdo contigo Esperanza, pero me gustaría saber qué problema es el que le ves.
ResponderEliminarConsidero que la constitución esta obsoleta y necesita un cambio que se adapte a las necesidades de la sociedad actual.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo... pero, ¿cuáles serían las necesidades de nuestra sociedad?
ResponderEliminarEso habría que preguntarselo a la sociedad, te invito que hagas una encuesta...
ResponderEliminarTu formas parte de la sociedad, y eres tú la que consideras que la Constitución se tiene que adaptar, entonces deberías de saber ¿en qué?, sino sólo has utilizado una retórica hueca que no significa nada.
ResponderEliminarYo no me considero tan inteligente como para que yo solita, tenga soluciones a todos los problemas de España, y la situacion se deberia analizar debidamente entre gente competente y llegar a la conclusion sobre que cambiar.
ResponderEliminarNo te lo tomes a mal, sólo quería saber lo que se supone que es la opinión cualificada de un estudiante de 2º de Bachillerato. Me parecen muy acertadas tus opiniones e inquietudes, sólo intentaba picarte, en el buen sentido del término, para que profundizases más en ellas. Pero estoy seguro de que tienes buenas ideas sobre cómo debería cambiar el futuro de nuestro país y con la formación universitaria ganarás confianza para poder llevarlas a cabo y concretarlas en tus escritos. Un saludo.
ResponderEliminarY los no universitarios trabajadores parados por "falta de cualificación" de más de 35 años, ¿qué? Estoy harto de ir a entrevistas de trabajo. Soy fontanero/calefactor cualificado (que no "titulado" por que en mi época los oficios no se estudiaban, se aprendían con contratos de aprendizaje-basura cuando no sin contrato). Pero es que resulta que para poder trabajar en mi oficio me piden unos títulos que ni tengo ni puedo obtener por una simple cuestión de edad. Y para colmo en los cientos de entrevistas de trabajo ajeno a mi oficio o me piden una experiencia que no puedo tener, o me preguntan por qué un fontanero de 36 años busca trabajo en un hipermercado o una empresa de limpieza.... Y yo me pregunto mientras vuelvo a casa de mi madre después de acompañar a mi mujer a la de mis suegros (menos mal que no tengo hijos....), ¿qué hago? Pues por lo pronto ir a soltar lastre al congreso (si puedo colarme en el transporte público, claro).
ResponderEliminarY que dire yo que tengo 64 anyos, mecanico CON TITULO??
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