viernes, 19 de febrero de 2010

El sistema de pensiones

Por cuestines profesionales este es un tema de especial interés para mí. Cuando fui becario de investigación tuve la suerte de poder investigar aquello que consideraba que entraba dentro de mi ámbito de interés. Por eso mi investigación se centró en la construcción política del Estado del Bienestar malogrado que disfrutamos en nuestro país. Digo malogrado porque está muy por debajo de nuestro nivel de riqueza, es decir, en términos relativos tenemos unas políticas públicas y sociales muy bajas dado nuestro nivel de reta per cápita. Aunque no es éste el tema que me interesa debatir en este artículo que viene marcado por la actualdad política.
En los últimos días ha habido un ataque contra la viabilidad de nuestro sistema público de pensiones y esto me hizo recordar cómo en la crisis de 1993 surgieron informes del BBVA y del Banco Santander que también cuestionaban en el largo plazo la viabilidad financiera de nuestro sistema de pensiones. En estos informes se aludía al año 2000 como el año límite en que nuestro sistema podía mantenerse en superavit, hoy estamos en 2010 y la caja de la seguridad social sigue teniendo un saldo positivo.
¿Por qué los informes de los bancos dicen lo contrario?
En primer lugar porque sólo el fondo de reserva, es decir, lo ahorrado por los pensionistas desde 1997, año que se aprobó el Pacto de Toledo, son 60.000 millones de euros, además de las aportaciones anuales que son más de 100.000 millones de euros. ¿Alguien se puede imaginar lo que harían los bancos con ese dinero? ¿No creeís que son fondos suficientes como para volverlos a recapitalizar después de esta cris que ellos han provocado?
Parece estar claro que sus informes tiene un interés concreto, por esos realizan informes que son verdades a medias y, por tanto, peores que una mentira porque tienen cierta legitimación.
Estos informes cogen la población y extrapolan los datos demográficos hacia el futuro, pero éstos no son tan estables como ellos dicen.
1) No contaron en 1993 con los 8 millones de emigrantes que llegaron a nuestro país y eso reequilibra nuestras pirámides demográficas. En 1993 había 12 millones de trabajadores activos y hoy somos 17 millones, es decir, cinco millones de trabajadores que no estaban en sus informes.
2) Además hay cuatro millones de parados que se pueden incorporar en el futuro a la población trabajadora, también podemos seguir aumentando el porcentaje de mujeres trabajadoras, es decir, tenemos reserva de mano de obra que se puede incorporar, no tiene porqué seguir siendo mano de obra pasiva.
3) La productividad del trabajador y de nuestra economía seguro que mejorará. En 1967 cuando empezó la Seguridad Social se necesitaban el doble de activos que en la actualidad para mantener un pasivo y nada nos indica que esto pueda cambiar.
En resumen no paguemos más de lo que tenemos que pagar. Es como si la gente del Santa Cruz de Tenerife se fuera de la Isla por miedo a una erupción volcánica y se quedaran los bancos gestionando sus tierras hasta que esto ocurriese. Podemos hacer un informe que argumente dicha probabilidad, pero no sería lógico, como tampoco lo es jugar con nuestro futuro... Continuaremos

3 comentarios:

  1. Esto me recuerda los libros de Berzosa que hablaban de los esfuerzos del Banco Santander en Chile para forzar una privatización "forzada" del sistema de pensiones para sacarse una buena tajada. Quizás suena a algo de conjura judeo masónica pero es mucha pasta para no pensarlo así.

    Por otro lado, como te decía, tampoco creo que haya que rasgarse las vestiduras por este tema. Si nuestra esperanza de vida sube, y también con ello los años de percibir las pensiones, es lógico que al menos esta posiblidad quede abierta. (por otro lado, si con eso se pudieran subir las pensiones mínimas o otros bienes sociales... quizás hasta merece la pena).

    Qué gusto leer tus articulos Heli...

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  2. Yo no estoy en desacuerdo con que la Seguridad Social, como todo sea un elemento de debate político. Por eso he publicado dicho artículo, para debatir sobre el tema. Lo que yo digo es que la reforma se tiene que hacer dentro de un sistema público que garantice que las personas mayores que no pueden trabajar mantengan un nivel de vida y una independencia económica aceptables.
    Para que esto suceda lo que necesitamos son sistemas flexibles y no hacer debates gruesos sobre 65 o 67 años. Sólo dos apuntes para la reflexión:
    1: La OMS en un informe estableció que la esperanza de vida en ciertos barrios de Glasgow era de 57 años.
    2: Hay trabajos donde a partir de los 50 años ningún empresario contrata a esos trabajadores. ¿Qué hacemos con un obrero de la construcción que tiene 51 años y lo han despedido? ¿Lo criogenizamos hasta los 67 años?

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  3. Hmmm. Sí, naturalmente hay que hacer medidas flexibles y que por supuesto depende de cada trabajo. Como tú bien dices, sin necesidad de abrir debate alguno ya tenemos actualmente problemas: por un lado momias eméritas universitarias que no dejan entrar sangre nueva más competente (un problema de prolongar la jubilación, no permitir el paso hacia otras generaciones y crear un tapón), y por otro prejubilaciones excesivamente generosas, o parados de edad avanzada cuyo reingreso en el mercado laboral es casi imposible.

    Y luego, sencillamente, es que no me salen las cuentas. si antes había que pagar diez años ahora son veinte. Caramba, si tuvieramos una tasa de productividad más alta, quizás podríamos hablar de otra cosa pero en nuestras circunstancias...

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