domingo, 10 de enero de 2016

EL PROCÉS Y VIVA LA LIBERTÁ


FUENTE: http://www.20minutos.es/noticia/2645089/0/junts-pel-si/negociacion-cup/artur-mas-carles-puigdemont/

Este fin de semana, según se resolvía, de modo cada vez más estrambótico, el llamado procés catalán,  aproveché para ver la película del director italiano Roberto Andó Viva la Libertá. Esta obra nos recuerda que, en la Europa actual, sólo un loco sería capaz de romper con la historia de los partidos políticos que guardan en su interior diferentes facciones que, en el mejor de los casos, representan las voces de un pasado que ya no existe. La contradicción de nuestro tiempo es que afrontamos los problemas de un futuro, cada día más veloz, con el ojo centrado en el retrovisor de la historia más cercana.
La política es un espacio que no se puede evitar, de ella depende la organización de la sociedad en la que vivimos, ni siquiera cuando ésta es capturada por una dictadura uno abandona dicho espacio, por mucho que ésta lo proclame. El problema se sitúa, por tanto, en la utilidad de dicho espacio. Una utilidad que se manifiesta cuando conseguimos que el individuo en particular y la sociedad en su conjunto ganen espacios de libertad. La Constitución de 1978 se legitimó, en el peor de los casos, porque generaba un nuevo espacio de libertad frente a la España de Franco, lo que dio confianza en el futuro a la gente que la apoyó. Un futuro que se está quebrando a partir de la crisis económica que se inició en 2007 y su manifestación más política, el llamado procés. Pero la respuesta no ha sido como en la década de los 70, abriendo nuevos espacios de libertad, sino encerrándonos en lo peor de la política: la negación de la realidad, los pactos contra natura, el chantaje y los pactos entre unas élites políticas que sitúan sus intereses por encima de la sociedad que construyen. Una parte importante de la ciudadanía no va a entender cómo algo tan importante como la construcción o destrucción de un Estado esté al margen de su voto.
A los que estamos a favor de que Cataluña continúe dentro del Estado español sólo nos cabe intentar convencer a la sociedad catalana que no piensa como nosotros de por qué es mejor seguir aquí, de por qué es absurdo construir como instrumento de lucha un Estado–nación, propio del siglo XIX, para luchar contra el capitalismo globalizado del siglo XXI, donde hasta la soberanía a través de referéndums es quebradiza. A lo nuevo no hay que responder bajo los supuestos del pasado y el miedo, hay que afrontar los problemas racionalmente, discutirlos en libertad y aceptar la conclusión a la que se llegue, aunque ésta no sea la mía. Para despedirme recordar, como lo hace Toni Servillo en la película Viva La Libertad, las palabras que dedica Bertolt Becht a los que dudan:

Dices que nos va mal. La oscuridad
crece. Las fuerzas flaquean.
Después de trabajar tantos años
nos encontramos ahora en una situación
más difícil que cuando
comenzamos.

El enemigo es ahora
aún más fuerte que nunca.
Parece que haya crecido su fuerza. Ha cobrado
una apariencia de invencibilidad.
Mientras que nosotros hemos cometido errores,
es inútil negarlo.
Cada vez somos menos. Nuestras
consignas son confusas. Una parte
de nuestras palabras
ha sido tergiversada por el enemigo hasta convertirla en
irreconocible.

¿Qué es erróneo, falso, de todo aquello que hemos dicho?
¿Una parte o todo?
¿Con quién contamos todavía?
¿Somos supervivientes, arrastrados
por la corriente? Quedaremos rezagados, sin
comprender ya a nadie, incomprendidos por todos.

¿O podemos contar con la buena fortuna?
Esto preguntas. No esperes
otra respuesta que no sea la tuya.

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