domingo, 16 de mayo de 2010

EL AJUSTE ECONÓMICO


El último anuncio de Zapatero ha dado un giro completo a su política económica en los últimos seis años. Al margen de la oportunidad de las medidas, cuestión que ya discutiré unas líneas más abajo, considero que ha tenido errores políticos de bulto, que tendrá su repercusión electoral.
Uno de los elementos que más demandan la ciudadanía es la coherencia y solidez de sus líderes. Dada las dimensiones de esta crisis financiera, la mayor de nuestra historia desde la Gran Depresión de los años 30, es necesario un lenguaje claro y contundente que exija, desde el principio, sacrificios a "todos" los agentes sociales que forman la nación y que presente la agenda estructural para evitar, en los años siguientes, que se vuelva a repetir una crisis de esta magnitud. Porque si salimos más delgados de esta crisis, sin ningún cambio, el ajuste siguiente se hará sobre unos cuerpos cada vez más famélicos.
Ya sabemos que muchas de las medidas sobre las rentas altas tienen un carácter simbólico más que económico, ya que mientras existan paraísos fiscales, sicav y otros elementos de la ingeniería financiera, cualquier legislación que aumente la recaudación sobre éstas será un poco inútil. Cambiar esta situación requeriría un acuerdo más amplio con el resto de naciones, que por el momento parece imposible. De todas formas, a veces, sobre todo cuando se exigen esfuerzos a determinados colectivos, son necesarias ciertas compensaciones "morales". Sería conveniente que estas medidas se acompañaran de un retorno del impuesto sobre patrimonio y sucesiones, que además permitiría recaudar 2.500 millones de euros, reducir los beneficios de la iglesia (exención del pago del IVA, subvenciones, etc.), etc. Sería también necesario que el Gobierno nos dijera cuál es nuestra dirección económica.
Hace seis años diversos grupos denunciaban el que un crecimiento económico basado sólo en la construcción sería peligroso, pero no se les hacía caso diciendo que el coste político sería demasiado alto, que había que aprovecharse de la situación, que montar un nuevo modelo económico llevaría su tiempo. El final es cierto y ya hemos perdido diez años. Hoy ese modelo económico nos ha dejado un endeudamiento de 4 billones de dólares, el 400% de nuestra economía. La mayor parte de ese endeudamiento (139% corresponde a entidades financieras privadas, el 89% a los hogares españoles y el 70% al Estado) corresponde al sector privado, no al público. Cierto es que reducir ese endeudamiento nos costará: "sangre, sudor y lágrimas", posiblemente diez años de estancamiento económico, una crisis deflacionista como la japonesa o cosas peores. Pero lo peor de todo es que aquellos que alentaron este modelo de crecimiento son los que ahora exigen los sacrificios. Seguimos esperando que pase la situación, con subvenciones o con recortes, da lo mismo. ¡Lo importante es que no cambiamos de modelo económico!. Estamos esperando volver a la situación anterior y eso parece, la economía es muy tozuda, imposible.
Lo importante, por tanto, no es reducir el déficit, ni aumentar el gasto público sin más, sino generar un nuevo modelo de desarrollo económico más eficaz, solidario y sostenible. Pero, de nuevo, ponemos ante la opinión pública excusas, primero a ver quién le ponía el cascabel a las subidas desenfrenadas en el precio de la vivienda, después lo prioritario era sostener la caída de la demanda privada mediante ayudas y subvenciones a aquellos que generaron la crisis, ahora la prioritario es reducir el déficit fiscal porque nos lo exigen desde fuera. Pero aquí nadie se hace la pregunta fundamental. ¿Qué tipo de economía queremos y, por tanto, qué tipo de sociedad? La respuesta exige cambios estructurales, plantearnos nuestra situación, hacer cierta introspección y mirar que grado de responsabilidad compartida tenemos en lo que estamos viviendo, etc.
Por último tres preguntas que hago y espero que alguien las responda:
¿Por qué nadie cuestiona el gobierno económico de los que nos han llevado a esta crisis? ¿Si los mayores salarios de los directivos de las grandes firmas financieras y empresariales se justificaban por su mayor eficiencia, por qué siguen subiendo cuando han generado pérdidas? ¿Si el crecimiento económico de Europa estaba sostenido en el crédito y el endeudamiento cómo va a seguir creciendo?

7 comentarios:

  1. Y mi pregunta es ¿y ahora qué?
    Lo más triste es que las clases medias (y menos que medias) hemos dejado de ser eso, una clase, un grupo más o menos cohesionado y consciente de lo que es; y no ha sido tanto por un cambio en nuestra posición económica como en nuestra mentalidad de falsos nuevos ricos. Es cierto que durante los timepos de bonanza económica todos (bueno, unos más que otros) nos hemos beneficiado, pero en nuestro afán consumista hemos vivido una peligrosa ficción en la que no importaba mirar por el bien común sino por mantener nuestro estatus, sin darnos cuenta de lo efímero y débil de las conquistas individuales. Confiados en que los logros y derechos alcanzados por los trabajadores en tiempos pasados nadie vendría a quitárnoslos, e inconscientes al mismo tiempo de la importancia de esos derechos y de lo doloroso y duro que resulta conseguirlos, nos hemos dedicado a disfrutar y preocuparnos más como usuarios y consumidores que como trabajadores, de una amplia gama de productos y servicios a los que hemos tenido acceso de manera vertiginosamente rápida y creciente.
    No sé si estoy desfasada, o si no vivo el mundo en el que realmente vivo, pero lo que veo es que poco a poco, pero más rápido y con más energía de lo que estamos dispuestos a reconocer, van mermando nuestros derechos, nuestros salarios, nuestras condiciones de trabajo y de vida. La crisis no es de todos por igual, y quienes la vamos a pagar no nos enteramos. Antes fueron los millones de parados que pasaron a engordar las listas del INEM. Ahora son los funcionarios y los pensionistas. Pronto serán nuestras ya maltrechas condiciones de trabajo. Y todo lo que decimos por respuesta es un bueno, qué le vamos a hacer, peor es que no sé qué. Los mercados (formados por individuos concretos, no lo olvidemos) no tienen una actitud derrotista y de resignación como la nuestra, ellos tienen la sartén por el mango y no les duelen prendas en hacer uso de ella para seguir sacando cuanta tajada puedan.
    Y ¿ahora qué? ¿Vamos a buscar cuál es el arma con la que podemos responder a este ataque o vamos a seguir haciéndonos cada vez más pequeños? me temo que hasta que no seamos conscientes de la magnitud de lo que estamos perdiendo (o regalando más bien, porque ni rechistamos) esto va a seguir a peor.
    qué lucha!

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  2. Repito la tesis de buchanan de los años setenta: es realmente la democracia, con sus intereses a corto plazo, realmente efectiva a la hora de gestionar el crecimiento económico? O la economía debería, como ha ocurrido en otras ocasiones, estar por encima de las decisiones partidistas de corto plazo?
    supongo que ni una cosa ni otra...

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  3. Buen amigo Helí, yo tengo otra pregunta, aunque creo que ya sé cuál es tu respuesta. Ahí va: ¿y tú crees que este régimen monárquico, amparando los unos a los otros, los gobiernos (de los últimos 30 años) a los bancos, los bancos a los borbones y los borbones a los gobiernos, va a hacer algún cambio para perder privilegios? ¡¡¡REVOLUCIÓN!!!

    Julio

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  4. Estoy de acuerdo contigo con que no se va a revertir la sociedad de privilegios que vivimos... Pero también te digo que hay que tener cuidado que no nos pase lo del gatopardo: "todo cambie para que nada cambie". Revolución sí, pero sin fin...

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  5. Preferirías estar en una monarquía sueca o en una república de los EEUU? A mí no me cabe duda... je je.

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  6. A mi tampoco, preferiría estar en la república de Finlandia, que es república como Estados Unidos y tiene el Estado del Bienestar sueco, por eso siempre compro móviles nokia.
    Como tu sueles decir en esta vida no hay opciones de blanco y negro, sino que el Mundo está lleno de opciones y el futuro no te cuento... En todo caso, el tema es si justificas un sistema de gobierno medieval que tiene como principio que una persona, por el mero hecho de nacer dentro de una familia determinada, tenga más derechos que el resto de personas que forman parte de la misma comunidad. Lo siento, pero la monarquía no resiste la prueba rawulsiana de establecer principios de gobierno en abstracto. Un saludo.

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  7. natuurlijk, mijn friend, natuurlijk. Pero como bien dices, la contigencia histórica reserva muchas soluciones a distintos problemas. Y por supuesto, desde el paradigma kantiano una monarquía es incapaz de mantenerse por sí misma, excepto por el peso de la mera inercia histórica, que poco tiene que ver con la posición original de Rawls...

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